En 2012 empezamos el proyecto de cooperación con el colegio de infantil Nengiloliti. Sin casi recursos pero con mucha ilusión. Hoy nuestros primeros niños va están en primaria.
La comunidad nos ofreció el aula que habían construido en la que ya estaban dando clases a unos 15 niños sin cuadernos ni siquiera sin pupitres… No había tiempo que perder, así que nos pusimos manos a la obra tras un año trabajando en el proyecto de identificación.
¿Suficiente? No. Todavía queda mucho por hacer. Y lo más importante, garantizar una comida diaria a los escolares y mejorar en una educación gratuita para todos no basada únicamente en la memorización y repetición.